domingo, 9 de junio de 2013

Sexo Con Ángeles III

Sexo Con Ángeles III
y vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas

Faltándolo todo por decir respecto a los ángeles en este escrito, ofrezco dos apreciaciones canónicas a este asunto. La primera es jesuana. En el evangelio de Mateo, Jesús revela que los ángeles no contraen nupcias en el cielo (22.30), pero no niega que sean seres sexualmente potenciales. La segunda es epistolar. Tanto Pedro como Judas en sus cartas universales hacen mención a unos ángeles condenados a prisiones profundas y oscuras, con un juicio ya sentenciado y en parte ejecutado (1 Pd. 2.4). Pedro aparentemente no arroja pistas sobre cuál fue el pecado de los ángeles, sencillamente pone en orden cronológico tres juicios divinos: los ángeles, el diluvio y la lluvia de fuego sobre Sodoma y Gomorra. Esto permite intuir que se trata de los ángeles del Génesis 6. Judas por otra parte, sí es un poco más diciente al abordar el tema de unos ángeles caídos (v. 6): «Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio hogar,…» ¿Cómo entender estas palabras? …¿Será que el hecho de no guardar su dignidad tiene relación alguna con Génesis 6? Parece que no es mucho lo que podemos decir, simplemente que, éstos “ángeles caídos no guardaron el lugar originario que correspondía a su naturaleza y que Dios les había confiado” (Deiros, 1992, p. 328).

Los paralelos verbales entre 1 Enoc y la Epístola de Judas demuestran que Judas conocía el contenido de este libro apócrifo (Kistemaker, 1994, p. 434). Observemos:

1 Henoc
Judas
[Los ángeles] han abandonado el alto cielo, el santo y eterno lugar. (12:4) ¡Ata a Azazel de pies y manos (y) arrójalo a la oscuridad! (10:4) bajo oscuridad (v. 6b) para que sea enviado al fuego en el gran día del juicio (10:6)
Y a los ángeles que no mantuvieron su puesto de autoridad sino que abandonaron su propio hogar (v. 6a) los tiene guardados con cadenas eternas para el juicio del gran Día. (v. 6c)

Aunque el lenguaje de la Epístola de Judas se parece en lo verbal a los pasajes seleccionados de 1 Enoc, Judas no presenta ninguna evidencia que su intención es decir que los ángeles caídos son los “hijos de Dios” que se unieron a “las hijas de los hombres” (Gn. 6:2). Judas conoce esta interpretación, pero notamos que no endosa esta idea en su epístola (Kistemaker).

Tanto Pedro como Judas no están interesados en ofrecer detalles del pecado de los ángeles, su pluma sólo se interesa mostrar contundentemente que Dios también hace justicia, que castiga la maldad de sus criaturas.

El texto de 1 Henoc surge, igual que otros textos apocalípticos, de unos autores con profunda sensibilidad espiritual, además dotados para producir obras literarias en las que expresaron una esperanza para Israel (Aranda, García y Pérez, 1996, p. 272), como también alertaron a su pueblo de todos aquellos pecados que empañaban la fidelidad al Dios de la esperanza.


Es probable que el autor del libro de los vigilantes, incluido en el 1 Henoc, albergara en su intención que el relato, al parecer surgido de un ejercicio hermenéutico a Génesis 6, exhortara a sus contemporáneos a no practicar, entre otros pecados, la inmoralidad sexual. Igual que Judas y Pedro, expone los juicios divinos ejecutados a los hombres y ángeles que desobedecieron a Dios, advirtiendo que ellos no serán ajenos a esa experiencia si no ajustan sus vidas en una vida moral coherente con la esperanza que alberga el pueblo de la alianza.

Fin




LA SOCIEDAD DEL BESO

Mirando yo por entre la celosía de la ventana de mi casa, vi besos. ¡Qué belleza! Vi el beso de un padre bien chantao sobre la mejilla de su...