viernes, 12 de septiembre de 2014

Santificado Sea Tu Nombre II

Santificado Sea Tu Nombre II
una oración escatológica en tiempos escatológicos

Mirando yo por entre la celosía de la ventana de mi casa, vi que la oración es un acontecimiento por la fe en Cristo, por él y para él. Es el acontecer de un diálogo coherente con Dios sobre el tapete del futuro Suyo que hacemos presente. Es decir, una oración escatológica.

Escatología
En algún momento, en algunas personas, la escatología se entiende como la doctrina que se ocupa de las últimas cosas en el acontecer humano e histórico. Enfocados, específicamente, en la historia de salvación revelada en las Escrituras como asuntos del futuro. Pero la comprensión cristiana con respecto a la escatología ha recibido la gracia de ver con más claridad, puridad y amplitud su esencia.

Escatología, significa doctrina acerca de la esperanza cristiana, la cual abarca tanto lo esperado como el mismo esperar vivificado por ello. En su integridad, y no sólo en un apéndice, el cristianismo es escatología; es esperanza, mirada y orientación hacia adelante, y es también, por ello mismo, apertura y transformación del presente… por ello no puede ser, en realidad, un fragmento de doctrina cristiana. Por el contrario, el carácter de toda predicación cristiana, de toda existencia cristiana y de la iglesia entera tiene una orientación escatológica (Moltmann. 1965).

La escatología cristiana no pretende escapar de la realidad en embelesos futuristas, mas bien, “Quien espera en Cristo no puede contentarse más con la realidad dada, pero sufre por causa de ella y comienza a contradecirla” (Moltmann en Ahlert. 2008, p.77). También, la escatología es la convicción de que la historia se dirige a algún lugar bajo la dirección divina, hacia el nuevo mundo de justicia, sanidad, esperanza de Dios. Con el término escatología nos referimos “al sentido global y completo del futuro que Dios le tiene deparado al mundo y a la creencia de que dicho futuro ya ha empezado a manifestarse para encontrarse con nosotros en el presente” (Wright, pp. 175, 176).

Escatología, entre otras, es encontrarse, conocer, vivir y construir el futuro de Dios en el presente de la humanidad.

Oración escatológica
Con una aproximación a lo que es orar y a lo que es escatología cristiana, no quisiera pasar por alto aproximarnos, igualmente, a la comprensión de la oración escatológica. En donde básicamente dialogamos con Dios coherentemente a su revelación y a su manifestación futura al encuentro de nosotros en nuestro presente; con gratitud, maravilla, petición, súplica, silencio, alabanza en Jesucristo, por él y para él; para provecho personal y en favor de la humanidad, especialmente de la Iglesia. Además, la oración escatológica también es vida. Esta oración no permite al orante cruzarse de brazos, por el contrario, impulsa al creyente a que diligentemente traduzca sus palabras de oración en hechos de oración, dramatizando el libreto del Reino de Dios en cada aspecto de la existencia, evocando en cada uno de ellos la esperanza cristiana.

Contextualización de la oración Padrenuestro
La oración del Padrenuestro, en el evangelio de Mateo, irrumpe como uno de los aspectos que aborda Jesús en su discurso que da inauguración a la comprensión más grande en la historia de Israel al Reino de Dios. El sermón de la montaña “comienza con la perspectiva del reino de los cielos, que forma el contenido del evangelio predicado. El sermón de la montaña no presupone, pues, el evangelio del Reino, sino que lo es” (Luz. 1993, p.256). Este evangelio del Reino de Dios se integra con lo sublime de las bienaventuranzas (5.3-12), la responsabilidad de  los discípulos para con el mundo (5.13-16), la perspectiva correcta de la ley mosaica (5.17-20), la vivencia genuina de la integridad (5.21-48), la sinceridad en su expresión más pura (6.1-18), la actitud acertada frente a las finanzas (6.19-34), la mirada franca a los pecados propios, en lugar de los ajenos (7.1-6), la confianza cuando oramos (7.7-12). Finalmente: entrada, fructificación, pertenencia y construcción de vida en el Reino de Dios (7.13-29).

Para Ulrich Luz, la simetría[1] con la que Mateo recrea el sermón de la montaña es sorprendente, y tanto más cuando la lectura a este sermón es reiterada y panorámica: “Ya la estructura del sermón de la montaña ofrece, pues, ciertas indicaciones claras sobre el modo en que debe entenderse: el Padrenuestro es su texto central” (p. 259). La oración no está desvinculada de ninguno de los elementos que componen el sermón del monte; por el contrario, se ata a todos ellos para darse expresión viva de existencia jesuana.


continuará...



©2014 Ed. Ramírez Suaza




[1] Ver más: Luz, Ulrich (1993). El Evangelio Según San Mateo, Vol. I. Salamanca: Sígueme, p.260

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