La Pasarela
una misión en vía de extinción
Tengo
la fortuna de vivir en “Cielo Roto”, apropiado apodo a mi pueblo, ya que llover
aquí es apenas cotidiano. Y sí, mientras las gotas de lluvia golpean el cristal
de mi ventana me asomo a mirar. La claridad no es la ideal, el vidrio intenta
empañarse por ambos lados pero no es impedimento para ver bien. Con una taza de
chocolate caliente en mis manos recuesto mi torso sobre la pared que linda con el
marco de la ventana y alcanzo a ver una mujer. Ella es joven, de cabellos a la
cintura abrigando su espalda arrojada al viento. Su silueta pareciera tupida
con terciopelo, su sonrisa brilla como el puro marfil y sus ojos danzan al vals
de un cuerpo semi-desnudo. Ella camina altiva y creyéndose bella sobre la pasarela de la moda. Aunque
no está segura a cuál moda desfila.
Shurfff!!
(intente pronunciarlo hacia adentro). Así más o menos suenan mis sorbos de
chocolate mientras encuentro la forma de digerir la idea de una mujer modelo quien
afirma ser cristiana. Ah, y cree mucho en el horóscopo. En un muy limitado
recurso de opiniones percibí en personas cristianas tolerancia, aceptación y
hasta admiración por mujeres cristianas con esta profesión. Claro está, con algunas salvedades.
Indiscutiblemente,
para abrirnos panorama en este aparente tabú[1]
evangélico, tenemos que definir qué es ser cristiano. Bueno, hay quienes dicen
ser cristianos y no lo son. Otros se creen cristianos por ir a una Iglesia,
cantar los coros de Hillsong, no matar, no beber, no bailar ni fumar. Pero
tampoco lo son. Algunos son algo “bipolares”: cristianos el domingo de 10:00 am
a 12:00 m y el resto de la semana viven contradiciendo estas dos pobres horitas.
Habrán quienes entiendan su cristiandad en términos de religión: soy católico,
bautista, presbiteriano, anglicano, pentecostal, asambleísta, cuadrangular… en
fin. Pero eso tampoco hace cristiano a un ser humano. ¿Qué hace de una persona
un cristiano? Haciendo un esfuerzo por no ser reduccionista, sí pretendo
recoger las tres evidencias de la identidad cristiana: Creer, amar y obedecer
(la fe, el amor y la esperanza).
Un
cristiano es una persona creyente. No en la simpleza de “creer” en que dios
existe o en las cosas improbables que afirma la religión, no. Es creer ‘que el
Dios verdadero, el Creador del mundo, lo ha amado tanto en su totalidad, usted
y yo incluidos, que ha venido en la persona de su Hijo, y ha muerto y
resucitado para acabar con el poder del mal y crear un mundo nuevo en el que
todo sea como debe ser, y donde el gozo sustituya al lamento”.[2]
Un
cristiano es una persona amada y amorosa. No en las vagas y superficiales
comprensiones actuales del amor; sino en el amor palpable de la cruz de Cristo.
Es éste amor la coherencia de la humanidad renovada. Es el amor en la Iglesia,
latente entre quienes adoran a Dios en Cristo Jesús, siendo una familia donde
todos son aceptados en forma igual, sin discriminar por el trasfondo social,
cultural o moral. Es el amor desde la Iglesia que muestra a todos los poderes
diabólicos que el Dios vivo ya tiene la victoria y ha fundado una comunidad de
amor verdadero, real y presente donde antes había sospecha y desconfianza
mutua; prueba clave que hace patente la acción del Espíritu de Dios.[3]
Simplemente el cristiano es la persona amada en la comunidad de Dios, amando a
ellos y entre ellos.
Un
cristiano es una persona obediente. Entiendo si lo puesto sobre el tapete hasta
ahora es chocante, como es mucho más chocante mencionar la obediencia en estos
tiempos. Pero no es posible ser cristiano viviendo una anarquía moral o bajo
las premisas de apreciaciones personales desvinculadas de las Sagradas
Escrituras. Mientras algunos intentan vivir la fe desde el “a mí me parece”; otros procuramos vivir desde “la Biblia dice”. No podemos obedecer desde
la ignorancia, esa que no tiene la remota idea de la mente de Dios revelada en
la Biblia.
Creo que logramos aproximarnos a lo que es ser cristiano, le invito a un chocolatico por estos días a fin de acercarnos a lo que significa e implica ser modelo y reflexionar en si éstos (cristiandad y modelaje) pueden co-habitar en una persona.
Continuará…