viernes, 24 de febrero de 2012

AVATARES

AVATARES
la equivocación de dios

Mirando yo por la celosía de la ventana de mi casa vi. ¡Y qué vi! Vi una entrevista hecha a Ricardo Arjona, afirmando que Dios se equivoca, es más, diario.[1] ¿Se equivoca Dios? Si hay un dios que se equivoca, ¿cuál es? Si no es dios, ¿será entonces la naturaleza? Vi a dios equivocarse, vi a la naturaleza cometer errores: vi avatares.

“Avatar” es de esas palabras que gozan de una riqueza valiosa en significados, por esta vez deseo entender el término como lo propuso James Cameron en el 2009 en su película de ciencia ficción. En medio de necesidades o ambiciones energéticas, una comisión norteamericana de científicos, ejecutivos y militares viajan a la luna del planeta Polifermo: Pandora. Ahí abunda el unobtainium, que supone la solución a los problemas energéticos de la tierra. En Pandora habitan unos humanoides identificados como los "na'vi", un gran obstáculo para que dicha comisión americana logre sus objetivos. En un esfuerzo por tener contacto con ellos, los terrestres crean el proyecto "Avatar". Consiste en transportar la mente de los científicos a cuerpos artificiales "na'vi". Y se desempaca entonces toda una aventura extraordinaria.


Por favor sostenga en su mente lo que es en esta oportunidad un avatar: la mente de un humano transportada en el cuerpo de un "na'vi". Por mi ventana vi avatares paseándose por las calles de mi tierra entre tristezas maquilladas con risas, alegrías de silicona, rostros transpirando botox; de alma jorobada, arrugada. ¿Cómo así que avatares? Me pareció oír su pregunta. Sí, avatares: mujeres encerradas dentro de cuerpos masculinos y hombres encerrados en cuerpos femeninos. Alguien con mucho poder universal se la ha pasado en las últimas décadas haciendo bromas muy pesadas: avatares. Algunos culpan a dios, otros lo atribuyen a la naturaleza, otros no entienden el origen o causa de esta incoherencia antropológica. ¿Cómo es posible que ocurran en pleno siglo XXI estos errores de fábrica? Pues pareciera cuestión de sentido común, además muy simple: almas masculinas en sus cuerpos correspondientes, igualmente en los casos femeninos.


Mas esta dualidad humana tiene sus raíces en quimeras filosóficas (platónicas); no es posible desintegrar la esencia humana en dos partes (cuerpo, alma) o tres (cuerpo, alma, espíritu). Los seres humanos somos cuerpo, alma y espíritu; no tenemos cuerpo, alma, espíritu. Insisto: somos. Así nos creó Dios. Nuestro ser es indisoluble, integral. Los cuerpos humanos no son prisiones de infortunadas almas purgando qué cosa en esta vida. Los cuerpos humanos son templos sagrados creados para glorificar a su Creador. 


La homosexualidad es una conducta tan antigua como la misma alborada de la existencia humana[2] Solo que desde tiempos remotos la homosexualidad se entendía como lo que es, una conducta. En la Grecia antigua la homosexualidad masculina como práctica era aceptada, inclusive bien vista; pero jamás aprobaron que alguien adoptara el rol femenino, la identidad de mujer. Porque era considerada un ser inferior, hecha a un lado igual que sus derechos negados.[3] Bajo estas condiciones ningún hombre estaba interesado en ser o adoptar rol de mujer. Mas finalizando el siglo XX y ahora en el siglo XXI, la homosexualidad ha mutado en muchos conceptos y casos de la práctica a la identidad: se es homosexual.


Uno de los argumentos usados frecuentemente en algunos de la comunidad gay es que sus cuerpos no corresponden a su mente (alma). Es decir, almas masculinas encerradas en cuerpos femeninos o almas femeninas en cuerpos masculinos.
A la final estos avatares terminan siendo caricaturas del género que presumen ser. Un hombre afeminado no logra, jamás, reflejar la belleza de la femineidad; la vulgariza, la burla, la  caricaturiza.[4] Igualmente sucede cuando una mujer pretende y presume ser masculina. Así entonces, un rostro de la homosexualidad hace burla espectacular de los sexos, haciendo de la vida la pasarela tolerante de una "moda" propia de esta segunda modernidad. 


Los dioses inventados en toda la historia nunca han hecho algo bien, sus pisadas solo han dejado huellas de fracasos, errores, garrafales desaciertos. A alguno de ellos, o en su defecto a ellos, se les atribuye su extraordinaria guasa de encerrar almas en los cuerpos que no corresponden. Sinceramente, hay un sólo Dios. Él hace todo "bueno en gran manera". No es homofóbico, por el contrario, su corazón palpita amando toda la humanidad a pesar de sus desaciertos en la vida.


continuará...


[2] Miguel Rueda & Sandra Villalobos. Conceptualización Histórica de la Diversidad Sexual y su Influencia en el Desarrollo de la Identidad Sexual no Heterosexual; en Homosexualidad. Fernando Sánchez, ed. Giro Editores Ltda. 2006, p.19
[3] VALDÉS G.,  Alberto. Historia y Presente de la Homosexualidad. AKAL. Madrid. 1981, p. 19
[4] Este acertado concepto lo debo al rev. Ricardo Castañeda (pastor Iglesia Presbiteriana Cumberland, Medellín), quién en un diálogo evaluativo de una propuesta de escribir un libro al respecto lo expresó.

LA SOCIEDAD DEL BESO

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